Recientemente, tuve el privilegio de participar en un retiro privado en Pueblo del Sol con mis amigos más cercanos, incluyendo a Jesús Garduño e Iñaki Rodríguez. Debo decir que esta experiencia fue realmente mágica. A continuación, te cuento todos los detalles.
Llegada a Pueblo del Sol
Nuestra aventura comenzó en Puerto Escondido, Oaxaca. Donde en una Polaris 4 x 4 nos llevaron a las tierras místicas de Pueblo del Sol. Fue interesante ver a mis amigos sentir la incertidumbre al adentrarnos en la selva donde el camino era cada vez más natural. Poco a poco nos dejamos envolver por selva con sus verdes paisajes, aromas y su clima tropical, dejando atrás toda esa energía citadina y comenzando a conectar con la naturaleza.
Dormir en la selva
Desde nuestra llegada, el proceso de check-in en la finca fue excepcionalmente rápido. Posteriormente, nos llevaron a nuestras habitaciones a bordo de una Polaris 4x4. Afortunadamente, me asignaron una de las eco-cabañas con vistas a la impresionante selva oaxaqueña. Cada rincón de estas habitaciones está cuidadosamente decorado, ofreciendo amenidades exquisitas que van desde la prensa de café hasta los deliciosos productos de baño elaborados con miel cultivada en Pueblo del Sol.